Abejorro nativo ha disminuido hasta en 90% su población, desde que llegó variante europea introducida al país para ayudar en la polinización del Arándano. Especie chilena es de color naranjo brillante, con patas y cabeza negra.
Llegaron a Chile a fines de los años 90 para ayudar a la polinización de los arándanos en el sur del país. Son los abejorros europeos (Bombus terrestris y Bombus roderatus) un insecto que desde su introducción ha afectado negativamente a su pariente nacional el Bombus dahlbomii a tal punto que este último, también conocido como abejorro chileno o moscardón, ingresó a fines de noviembre a la lista de roja de especies en peligro de extinción de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la primera vez que un insecto chileno entra en esta categoría.
Es difícil estimar su población, reconoce José Montalva, biólogo y director de la campaña “Salvemos nuestro abejorro”, pero se estima que su número ha disminuido entre un 80 y un 90%.
Hace 20 años era habitual verlo desde Coquimbo hasta Magallanes y también en Argentina. Pero ahora está disminuyendo, principalmente por las enfermedades que trajeron las especies europeas; parásitos externos como ácaros y otros intestinales que son más dañinos y que lo afectan porque no tiene defensas para hacerle frente.
¿Cómo se contagian? El abejorro europeo defeca en las flores y al llegar el nativo se posa sobre esos parásitos. Las cargas parasitarias que tienen los abejorros europeos son altas. Cuando una colonia se libera al ambiente, el 80 o 90% de los individuos está contagiado. En los abejorros nativos, estos parásitos hacen que las reinas de la colonia queden estériles, imposibilitando su reproducción para la temporada siguiente.
“Que haya entrado a la lista de la UICN marca un precedente para que otros insectos chilenos puedan ingresar. En general, son pocos los insectos que se toman en cuenta en temas de conservación”, dice Montalva, quien es parte de una red de investigadores que está postulando al abejorro a la lista roja que tiene el Ministerio del Medio Ambiente. “Hasta ahora, está considerado en la prelista”, agrega.
Comportamiento
El abejorro nativo, el más grande del mundo en su tipo, es de color naranjo brillante, con patas y cabeza negra. Mucho más llamativo que el introducido, que es de color negro con bandas amarillas y blancas.
Patricia Estay, ingeniero agrónomo y encargada del Laboratorio de Entomología del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia) La Platina, conoce bien a la especie nativa. Tras casi una década de estudios desarrolló un método artificial para la domesticación y crianza que hoy ya está patentado. Explica que los abejorros no son sustitutos de la abeja, sino que complementan su trabajo. “Cuando las abejas por temperaturas inferiores a 14°C no pueden trabajar o cuando se cultiva bajo condiciones de invernadero, el abejorro colecta polen y néctar bajo los 5° C”, dice.
Al ser de mayor tamaño y debido a su gran pilosidad se realiza una mayor transferencia de polen desde la flor al cuerpo del abejorro, permitiendo un mayor número de granos de polen.
Hoy ayuda en la polinización de varias especies entre las que se cuentan los paltos, tomates, arándanos, pimiento, brócoli, frutilla, y plantas nativas, entre otras. “Realizan un trabajo activo por un gran número de horas en el día. Desde antes del amanecer y hasta que se esconde el sol. Puede visitar en promedio entre 10 y 14 flores por minuto”, dice Estay.
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